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Una dieta baja en grasa con aceites de pescado, retarda el crecimiento de células cancerosas en la próstata.

October 26, 2011 por Administrador   Comentarios (0)

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imageUn grupo de hombres quienes llevaron una dieta baja en grasas y suplementos a base de aceite de pescado de cuatro a seis semanas antes de someterse a una cirugía de próstata, redujeron el ritmo de crecimiento de células cancerosas en el tejido prostático en relación con aquellos que consumieron una dieta tradicional, reveló un estudio del Jonsson Comprehensive Cancer Center de la UCLA.

Los investigadores también encontraron cambios en la composición de la membrana celular tanto de las células sanas como de las cancerosas en la próstata de los hombres que llevaron la dieta baja en grasa y suplementos a base de aceite de pescado. La membrana incrementó los niveles de ácidos grasos omega-3 provistos por el suplementos de aceite de pescado y decrementó los niveles de ácidos grasos omega-6 provenientes del áceite de maíz, los cuales pueden afectar directamente la biología de las células, sin embargo es necesario realizar más estudios para confirmar lo anterior, dijo el Dr. Willian Aronson, autor del estudio e investigador del Jonsson Cancer Center.

El estudio a corto plazo también demostró que la sangre obtenida de los pacientes después de la dieta baja en grasa y aceite de pescado, redujo el creciemiento de células prostáticas cancerosas también en el tubo de esayo, mientras que la sangre de los hombres que continuaron con su dieta tradicional, no redujo el crecimiento de las mismas.

"El hallazgo de que la dieta reducida en grasas y aceite de pescado redujo el número de células cancerosas de tejido porstático de rápida división es importante porque la tasa a la cual las células se dividen puede ser un factor predictivo de una futura progesión del cáncer", dijo el Dr. Aranson. "A menor tasa de proliferación, menor la posibilidad de que el cáncer se propage fuera de la próstata, donde es mucho más dificil de tratar".

Los resultados fueron publicados el 25 de octubre en "Cancer Prevention Research" una revista especializada de The American Association for Cancer Research.

El estudio que evaluó muestras de sangre antes y después de la dieta y examinó el tejido prostático removido, validó estudios previos del Dr. Aronson y otros investigadores hechos en variedades de células y animales. Aronson meniconó que el uso de sangre y tejido humano en este estudio, demostró que los cambios promovidos por los hábitos alimenticios, fueron claramente evidenciados en su tejido prostático.

"Realmente somo lo que comemos", dijo el Dr. Aronson, profesor de urología y también oncólogo en jefe de urología oncológica en The West Los Angeles Veterans Affairs Medical Center. "Basado en estudio sobre animales, estábamos optimistas en que veríamos el mismo efecto en seres humanos. Estamos extremadamente complacidos de nuestros hallazgos, los cuales sugieren que con una modificación en la dieta, podríamos afectar favorablemeente la biología del cáncer de próstata".

El Dr. Aronson midió el grado de proliferación (la tasa a la cual se dividen la células cancerigenas) tiñiendo el tejido obtenido de las prostectomías con un anticuerpo contra Ki-67, una proteína involucrada en ciclo celular de crecimiento y progresión.

"El porcentaje de células prostáticas teñinas por la porteína Ki-67, fue determinado por el patólogo y éste nos dio una medida objetiva del porcentaje células que se dividían activamente y por lo tanto eran más agresivas", dijo el Dr. Aronson, "Estudios previos encontraron que los pacientes con alto niveles de Ki-67 en su tejido del cáncer de próstata eran más propensos a progresar a una etapa avanzada y eran más propensos a morir. Asi que,  estamos extremadamente animados con nuestros hallazgos de que una dieta baja en grasas y suplementos a base de aciete de pescado redujeron los niveles de Ki-67 y podrían tener el potencial para reducir el ritmo de propagación del cáncer de próstata".

Los estudio de dieta, con frecuencia son dificiles de evaluar debido a que es complicado reunir pacientes que estén de acuerdo a somenterse a los cambios alimenticios. Sin embargo, los alimentos consumidos por los hombres en ambos grupos de estudio estaba estrictamente controlado, dijo el Dr. Aronson. Los alimentos fueron preparados por los chefs de The Clinical Translational Research Center de la UCLA y entregados a los participantes varias veces a la semana. También se les pidió que tuvieran sesiones con nutriólogos y que conservaras los alimentos que no consumieron y fueran devueltos como parte del estudio.

"La clave del estudio fue que los alimentos fueron preparados y entregados a los participantes", dijo el Dr. Aronson, "Esto resultó en un alto grado de cumplimiento, dando al estudio un alto grados de control".

La dieta tradicional considerada en el estudio, contenía un 40 porciento de calorías provenientes de grasas, lo que generalmente equivale a lo que actualemnte consume gran parte de la población. Las fuentes de grasas también fueron típicas de la dieta americana e incluia altos niveles de ácidos grasos omega-6 provenientes de aceite de maíz y bajos niveles de aceite de pescado proveedores de ácidos grasos omega-3.

La dieta baja en grasas, contiene el 15 porciento de calorías provenientes de grasas. Adicionalmente, los participantes tomaron cinco cápsulas de cinco gramos de aceite de pescado diariamente, tres en el almuerzo y dos en la cena, el objetivo era proveer ácidos grasos omega-3. Se ha encontrado que los ácidos grasos omega-3 reducen la incidencia de enfermedades cardiacas y combate la inflamación, la cual está relacionada con algunos tipos de cáncer.

"Estudios preclínicos sugieren que bajando los ácidos grasos omega-6 provenientes del aceite de maíz e incrementando el nivel de ácidos grasos omega-3 provenientes de aceites de pescado, reduce el riezgo de cáncer de próstata y su propagación", indica el estudio, "Encontramos que una intervención en la dieta, resultó en un decremento de la razón de ácidos grasos omega-6 en relación a los ácidos grasos omega-3 en células benignas y malignas del tejido prostático y un decremento de proliferación de células malignas".

Aronson advirtió que no recomendaría hacer cambios en la dieta basándose en este estudio que incluyó 48 participantes, esto porque fué de corta duración y un pequeño tamaño de la muestra. Sin embargo, basándose en estos resultados, está organizando un estudio más grande que incluya a 100 participantes con cáncer de próstata quienes tienen una vigilancia activa, lo que significa que no están llevando ningún tratamiento, pero se están revisando regularmente con biopsias.

El futuro estudio dividirá aleatoriamente a los participantes en dos grupos, aquellos que llevarán una dieta baja en grasa con suplementos de aceite de pescado y la dieta tradicinal respectivamente, llevará un seguimiento a lo largo de un año para evaluar los efectos de la dieta en la proliferación del cáncer de próstata.

Fuente: UCLA release news, 25 de octubre de 2011.